El texto aprobado otorga a los tribunales islámicos mayor autoridad sobre asuntos familiares como el matrimonio, el divorcio y la herencia, permitiendo que los clérigos dicten fallos basados en su interpretación de la ley islámica. Según activistas, esto socava la Ley de Estado Civil de 1959, que había unificado la legislación familiar en Irak y establecido ciertas protecciones para las mujeres, como la prohibición del matrimonio infantil.
La iniciativa, promovida principalmente por legisladores chiíes conservadores, busca alinear las leyes iraquíes con los principios islámicos y, según sus defensores, reducir la influencia de valores occidentales en la cultura del país. Sin embargo, esta postura ha sido fuertemente cuestionada tanto dentro como fuera de Irak.
La comunidad internacional teme que esta legislación amplíe la brecha de género en Irak, donde las mujeres ya enfrentan desigualdades significativas. Además, activistas señalan que esta medida podría abrir la puerta a más restricciones basadas en interpretaciones religiosas conservadoras, afectando áreas como la educación y la participación económica de las mujeres.
La indignación ha llevado a manifestaciones en algunas regiones de Irak, donde grupos pro derechos humanos han pedido al gobierno reconsiderar la legislación y priorizar el bienestar de las niñas sobre las presiones políticas y religiosas.
La aprobación de esta ley pone en el centro del debate global la lucha por los derechos de las mujeres y las niñas en un contexto de creciente tensión entre valores tradicionales y derechos universales.
DEULTIMOMINUTO.
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