OPINIÓN: La voz de Chino fue ahogada
POR STILL PEREZ
En la República Dominicana, ante la ocurrencia de hechos delictivos, es frecuente que se abran brechas peligrosas, que den lugar a dudas, en detrimento de la víctima, con lo cual los delincuentes resultan beneficiados.
He publicado decenas de escritos en los medios de comunicación, en los que señalo las falencias investigativas que cometen nuestras autoridades, las que están encargadas de hacer una adecuada investigación, de caras a un Proceso Penal, y procurar con ello una sentencia apegada a la verdad de los hechos.
Entiendo, como lo he afirmado en otros escritos, que la principal debilidad descansa en un errático accionar de las autoridades investigativas, desde el momento mismo en que se tiene noticia de un hecho delictivo.
Esto da márgenes a la duda en detrimento de la víctima, el delincuente dice cuanto quiera y es creído, esta credibilidad del victimario es fácilmente asumida, porque facilita el trabajo de las autoridades, aunque no se consiga con ello la verdad. Lo que dice el delincuente es tomado como palabra de rey.
Ésto es peligroso, puesto que debilita la credibilidad en el sistema de justicia y promueve la justicia por manos propias.
José Dolores Ruiz, Chino, el policía asesinado, está muerto, no puede ofrecer su versión ante los hechos.
Hay una voz que las autoridades deben escuchar, pero para escucharla y entenderla deben hablar su mismo idioma, deben usar su mismo canal y colocarse en el contexto en que aquella se quiere hacer oír.
La voz de los hechos aflora desde la escena del crimen, pero debe retenérsela desde que se tiene noticia del hecho, asiéndola con un adecuado acordonamiento que preserve la escena del hecho, que garantice tomar los elementos de prueba que no estén contaminados, que permita interrogar testigos incólumes para que puedan ser objetivos.
¡En el caso de Chino, como en otros, la voz de los hechos fue ahogada!
Lamentablemente, hoy hay márgenes de dudas en detrimento de Chino y la justicia
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