El arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, presidió ayer la misa solemne por la “Natividad del Señor” en la Catedral de Santo Domingo y durante la homilía dijo que la sociedad cada vez más se aleja de Dios.

En una misa concelebrada, el religioso manifestó que con el acercamiento de Dios al nacer su hijo entre los humanos, las personas también se acercan al creador y como me gusta decir: "Cuando Dios se hace hombre, el hombre se hace Dios”.

Sostuvo que en la Navidad las personas se acercan a Dios y se mueven hacia él, y viven en él. “Lamentablemente, ese movimiento de Dios no siempre es correspondido por la humanidad que vivimos, lo que vemos hoy es el alejamiento de Dios, el gran mal de nuestra sociedad es justamente el alejamiento de Dios”, subrayó.

Monseñor Ozoria enfatizó que las personas se alejan cada día más de Dios porque lo trascendente no cuenta para la sociedad, lo que trasciende, lo que vemos, lo que va más allá de los ojos, no se reconoce.

“Hay un movimiento de alejamiento de Dios, alejamiento de los valores divinos, y ahí entramos en contradicción cuando Dios viene se encarna y se hace cerno, nosotros vamos por otro lado, nos alejamos de él, la sociedad, el mundo está en ese movimiento contrario a lo divino”, sostuvo el religioso.

Monseñor Ozoria dijo que la Navidad tiene que ser celebrada en acercamiento con Dios, con su búsqueda y consideró que mientras no haga con ese espíritu, con la búsqueda de lo trascendente, "no se celebra con autenticidad la Navidad".  

Manifestó que cada año hay que reflexionar e identificar las cosa que se deben cambiar para estar más cerca de Dios, para caminar hacia él porque así es que las personas se divinizan, "se hace Dios a través de valores, como el valor de la paz".

“El que nace es el príncipe de la paz, nosotros tenemos que caminar hacia la paz y ser constructores de la paz…el que nace es el Dios de justicia, pues para nosotros acercarnos a ese Dios de justicia, tenemos que ser justos”, dijo.

A la tradicional misa de la Natividad del Señor en la Catedral asistieron numerosas personas, entre ellos extranjeros, que llenaron el templo.