Joven queda parapléjica tras perforarse la nariz con un piercing.
Los aretes o piezas de joyería en distintas partes del cuerpo, conocidos como piercing, tienen gran popularidad en ciertos sectores sociales, sobre todo en la población más joven. Pero, para una joven de Costa Rica, la experiencia se convirtió en tres años de recuperación tras quedar parapléjica después de realizarse una perforación en la nariz.
Mariana Ávila Guillén contó en TikTok cómo fue el proceso que la llevó a recuperar parte de la movilidad de sus piernas.
Cuando Mariana tenía 15 años le dijo a su mamá que quería ponerse un piercing, específicamente el septum, que consiste en atravesar con un arete u otra pieza la parte inferior de la nariz.
“Quería que me aceptaran socialmente. Entonces decidí hacerme un piercing, pero no cualquier piercing (…) yo me quería hacer el séptum”, contó. “Mi mamá nunca estuvo de acuerdo, pero yo le dije ‘o me lleva usted con un profesional o me lo hace una amiga’”.
La madre aceptó y a la joven la llevaron a un lugar especializado, pero el problema llegó meses después.
“A los dos meses se me empiezan a dormir las nalgas, pero todo bien. Era 2020 y estábamos con pandemia, en clases virtuales y yo pasaba todo el día sentada”, agregó.
El piercing se convirtió en algo peor
Un día Mariana simplemente dejó de sentir las piernas, así que su familia la llevó de urgencia a un hospital, donde le realizaron una cirugía para abrirle la espalda. Poco después descubrieron que había sufrido un daño en sus nervios de la cadera hacia abajo.
“El médico me preguntó, usted se reventó una espinilla o algo en la nariz, porque esa bacteria solo entra por la nariz ¡Fue el piercing!”, dijo, asegurando que fue justo en ese momento cuando se enteró de que los síntomas se debían a una bacteria llamada staphylococcus aureus que tenía localizada en la piel y que estaba esperando la más mínima lesión para poder ingresar al cuerpo.
Debido a ello, permaneció un mes en el hospital con antibiótico intravenoso.
Actualmente, Mariana vive con paraplejia incompleta, lo que le permite algún grado de movimiento y sensibilidad por debajo del nivel de la lesión.
“Ya tengo 3 años de recuperación. Lo que se dañó, se dañó. Probablemente, jamás vuelva a mover los dedos de los pies, a correr, a patinar o a brincar”, expresó.
A pesar de su condición, Mariana persiguió sus sueños y participó en el programa Nace una Estrella en su país
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