A pesar de años de investigación, los expertos aún no han desarrollado una prueba para diagnosticar el cáncer de ovario en una fase temprana.
Este tipo de cáncer tiende a extenderse fácilmente desde el ovario a otros órganos del abdomen y la pelvis, como los intestinos, los ganglios linfáticos, el hígado y la pared abdominal, explica la doctora Adria Suárez Mora, especialista en oncología ginecológica de Cleveland Clinic.
Los ovarios forman parte del aparato reproductor femenino y el cáncer se produce cuando crecen células anormales en los ovarios o las trompas de Falopio y se multiplican sin control.
Los síntomas del cáncer de ovario que más pueden identificar las mujeres son: dolor, malestar, distensión pélvica o abdominal, cambios en sus hábitos alimentarios, sentirse llenas después de comidas pequeñas y perder el apetito.
Señaló que otros signos pueden ser cambios abdominales, como diarrea o estreñimiento, y orinar con más frecuencia (micción frecuente). Ante estos signos, recomienda programar una visita con el médico de inmediato.
La especialista de Cleveland Clinic afirma que aún no se conoce la causa exacta del cáncer de ovario. Sin embargo, el cáncer de ovario está relacionado con condiciones genéticas. Es importante conocer los antecedentes familiares y considerar la posibilidad de someterse a pruebas genéticas.
Otros factores de riesgo son: pertenecer a la población nativa americana o blanca, tener más de 60 años, empezar a menstruar pronto o tener una menopausia tardía.
Otras variables son los antecedentes familiares de cáncer de ovario, haber heredado una mutación genética como BRCA1/2 u otras mutaciones. Existen muchas otras mutaciones genéticas menos comunes que aumentan el riesgo.
No haber estado embarazada y padecer de endometriosis también pueden aumentar el riesgo de cáncer de ovario.
El diagnóstico del cáncer de ovario se basa únicamente en una biopsia. Pueden realizarse otras pruebas de imagen, como ecografía pélvica, resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) y emisión de positrones (PET), para ayudar a orientar el diagnóstico o el alcance de la enfermedad.
Además, algunos análisis de sangre, como el marcador tumoral CA125, pueden ser elevados cuando una paciente tiene cáncer de ovario. En ocasiones, el diagnóstico sólo se realiza tras la exploración quirúrgica y la extirpación de quistes ováricos o masas pélvicas anormales.
La cirugía laparoscópica es un procedimiento mínimamente invasivo que examina el interior del abdomen y la pelvis, en el que se coloca una cámara fina (laparoscopio) a través de un pequeño corte (incisión) realizado en el abdomen. “Con este procedimiento, podemos evaluar la presencia de cáncer, realizar biopsias de estadificación y, en algunas circunstancias, incluso llevar a cabo cirugías completas de cáncer de ovario”, dijo la especialista.
of-am
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