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Sensual, polémica y billonaria: así es la presidenta del partido republicano de Manhattan







Para medios como el New York Magazine, la mejor forma de representar a Andrea Catsimatidis (29) es imaginar una mezcla entre Paris Hilton, Betty Boop, Ivanka Trump y la controvertida ex gobernadora de Alaska Sarah Palin. No obstante, según sus 47.000 seguidores en Instagram, la socialité es la viva imagen de Venus, una «diosa» y un «pivonazo». Pero, a pesar de las denominaciones anteriores, la propia Catsimatidis prefiere definirse radicalmente diferente: «Heredera billonaria, un bomba para los negocios, miembro del jet-set, filántropa, nativa de Nueva York y… presidenta del partido republicano de Manhattan. Un puesto que ocupa desde 2017 y que ha causado polémica entre los más conservadores de Norteamérica.

¿Por qué? Por el curioso estilo de vida de Andrea, que posa, mayormente, en bañador y con escotes de infarto. Aun así, la it girl no está interesada en «cubrirse». «Para muchas feministas hay que vestirse como hombre para lograr el éxito. Para mí, lo que significa el feminismo es aceptar lo que tú tienes», explica.

Este 30 de julio, Andrea Catsimatidis se encontraba en Mykonos. Una escapada que documentó en su Instagram, donde casi 4.000 personas dieron «me gusta» a una instantánea, en la que solo viste un ajustado bikini dorado. Para quienes no la conocen, se podría tratar perfectamente de un instagramer. Sin embargo, Catsimatidis es nada más y nada menos que la líder del partido republicano en el exclusivo sector de Manhattan, en Nueva York. Un trabajo por el que Andrea no recibe ningún centavo, aunque está dispuesta a dar el todo por el todo. «Para mí, el hecho de trabajar en esto es una forma de servir a mi país. Soy patriota.», dijo este julio al New York Post. Pero ese orgullo patriótico es que el precisamente ha causado resquemor. Sobre todo después de sus curiosas declaraciones en Instagram, donde afirmó «me siento agradecida de poder vivir en América, el mejor país del mundo» y, en relación al muro que Donald Trump pretende instalar en la frontera con México: «Lo voy a construir con mis propias manos».


Pese a ello, Andrea asegura no discriminar a nadie. Es más, se declara pro-comunidad LGBT, pro-matrimonio igualitario y pro-aborto. Porque, de acuerdo con sus palabras, ella defiende la libertad. De hecho, esa fue la razón por la que se volvió republicana.

 En una entrevista concedida recientemente, la rubia confesó que siempre había pensado que su familia era demócrata por la cercanía que tenían con el clan Clinton. Pero cuando su padre John Catsimatidis (70) -el dueño de los supermercados Gristedes y poseedor fortuna valorada en 3.1 billones de dólares (2.678 millones de euros)- lanzó su candidatura para ser alcalde (la cual retiró, posteriormente), supo que quería ser republicana: «Busqué lo que significaba y vi que serlo representaba libertad y oportunidades para todos y pensé: por supuesto que soy republicana. Yo creo en las oportunidades'». 

Asimismo, ha mencionado que le gusta que su partido esté a favor de cualquier tipo de libertad… Incluso la de su forma de vestir. «La gente tiende a quejarse de mi anatomía femenina. (Tras una aparición en TV) Los demócratas comenzaron a atacar mis pechos y los republicanos empezaron a defenderlos y yo pensé para mí ‘no pensaba que mis senos fueran tan partidistas'». Una frase que generó muchísima conversación en las redes sociales.

 Pero a Catsimatidis parece no importarle lo que sus haters dicen sobre su forma de ser o su manera de vivir. Continúa llevando bikinis con la bandera de Estados Unidos en el sujetador, bebiendo cocteles en Bahamas (o en Dubai, el Lago Como, los Hamptons o Montecarlo), mandando «solo buenas vibraciones» a sus seguidores y defendiendo a Donald Trump de quienes creen que no debería llevar el titulo de presidente. «(Desde que él llegó a la presidencia) La gente en este país tiene más dinero en sus bolsillos. La clase media tiene más trabajos, ¿Cómo podría no apoyarlo», ha comentado recientemente, además de hacer pública su cercanía con él, a raíz de una curiosa anécdota.


En 2004, Andrea llegó al altar con el abogado Christopher Nixon Cox -nieto de Richard Nixon-. Pero el matrimonio no resultó como esperaban y se divorciaron a los doce meses. Aunque su boda resultó inolvidable. ¿La razón? El mismo Trump le pidió a su padre que «patrocinara» una boda de cuento. Una gala en el hotel Waldorf Astoria, donde asistieron 700 invitados. Entre ellos, Hilary Clinton. Es decir, Andrea le debe mucho a su colega Donald.

 Pese a ello, ha declarado sin tapujos que no se atreve a usar su típica gorra roja por miedo a que atente en contra su integridad. «Temería por mi seguridad al llevarlo. […] El Upper East Side es muy acogedor. Pero si te acercas un poco mas al centro, la gente se vuelve más hostil», aseveró. De igual modo, Andrea afirma que no le importa lo que piense la gente sobre su estilo, porque ella se siente muy genuina. «Me siento muy segura de quien soy y la gente le pone atención a ese tipo de cosas», aclaró hace un mes y, de acuerdo con sus fans, su sinceridad la podría llevar muy lejos.

Fuente:El Mundo.

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