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De Windows 95 a TikTok: Microsoft se renueva 25 años despúes del estreno de su sistema operativo.



Hace justo 25 años, un día de finales de agosto de 1995, en Redmond, Estados Unidos, la empresa Microsoft de Bill Gates lanza al mercado el sistema operativo Windows 95.

Es un producto revolucionario –aunque inspirado en un sistema anterior que funcionaba en los Apple Macintosh de Steve Jobs–, porque introduce un sistema de interfaz gráfico con ventanas mucho más sencillo que el anterior, basado en el MS-DOS y que abrirá las puertas de las oficinas (y de los hogares) a la informática para siempre.

Meses después, saldrá también el navegador Explorer. En 1995 La Vanguardia dedica varias páginas al lanzamiento, que es acompañado con un gira mundial al ritmo de la canción Start me up de los Rolling Stones. En uno de sus artículos –que hoy inspira casi ternura– el diario destaca como, gracias a Windows 95, “un simple clic con el puntero y el ratón en una X situada en la parte superior derecha de la pantalla cierra el programa o documento al instante”.

El programa cuesta 19.900 pesetas y no todos los ordenadores podían soportarlo. Estamos en los albores de internet. Los motores de búsqueda más populares en estos momentos son Altavista y Yahoo! y el módem se activa emitiendo unos pitidos ruidosos, con una conexión muy lenta.

Pocos imaginan entonces el impacto que tendrá, pero Bill Gates tiene olfato y pone la primera piedra de su imperio, que le situará de forma estable entre los hombres más ricos del planeta. Un imperio que hoy, más de dos décadas después, poco tiene que ver con el de aquel entonces.

Microsoft es líder indiscutido de los sistemas operativos de los ordenadores, con una presencia apabullante en el entorno empresarial. Pero ya no solo vende productos físicos, sino actualizaciones en la nube. A lo largo de los años, la empresa ha ido diversificándose y ha llevado a cabo adquisiciones que la han transformado de forma profunda.

“En estos 25 años parece que han innovado poco, pero no es así. Su sistema operativo se ha convertido en un estándar mundial hegemónico, en la base de la ofimática
y nadie puede hacerle sombra. También su paquete de programas Office, del que no se habla tanto, ha sido a la base del aumento de productividad de las empresas”, comenta Enrique San Juan, director de Community Internet- The Social Media Company, empresa de Barcelona centrada en la consultoría digital. “Ahora más que productos vende servicios. Es una empresa que parece algo dormida, pero no. Es muy efectiva”, añade.

Entre los peldaños de su crecimiento, hubo varios momentos significativos. Por ejemplo, la compra de Skype en 2011, cuando era lo único que había en el sector de las videoconferencias le permitió acceder a una herramienta que, no sin dificultades, posteriormente ha conseguido recolocar en el sector empresarial y que le ha permitido sucesivamente el desarrollo de Micorsoft Teams.

Otro movimiento significativo ha sido el de LinkedIn en el 2016, que ha transformado de un contenedor de currículum a una plataforma de datos que se venden a los recursos humanos, con un modelo de suscripción. Hoy es la única red social Business to Business, que reúne la élite productiva con casi 700 millones de usuarios (siendo ausente en mercados claves como Rusia o Japón).

Menos afortunada en cambio fue su incursión en la telefonía móvil. En el 2014 pagó 7.500 millones de dólares por Nokia, que no ha podido resucitar y que costó 7.800 despidos. Mejor le fue con el sector de los videojuegos, con la consola X-Box, que se ha consolidado como una de las opciones de referencia de un mercado en pleno crecimiento después del confinamiento de la pandemia.

La bolsa ha premiado a Microsoft, especialmente desde la llegada Satya Nadella en el 2014: el valor de sus acciones se han casi multiplicado por seis. En su primer correo que escribió a los empleados el directivo afirmaba: “Nuestra industria no respeta la tradición, sólo respeta la innovación”. Y así, casi en sordina, sin anuncios espectaculares, la compañía ha superado 1,6 billones de dólares en capitalización bursátil (cerca del PIB de toda España).

Incluso en tiempos de coronavirus ha consolidado, junto al resto de tecnológicas, su liderazgo en el sector. En lo que va de año, en medio de la peor recesión desde la Gran Depresión sus acciones se han revalorizado un 35%. Hoy los ingresos son muy diversificados, desde Office (25%), el cloud Azure (23%), Windows (17%), se extiende a ventas de PC, juegos y otros servicios. Como curiosidad, la empresa en la actualidad cuenta con 715 millones de suscriptores a Azure, cuatro veces más que los abonados a Netflix.

En los últimos días, está negociando dar el enésimo salto al vacío y vuelta de tuerca, con la adquisición de la red social china Tik- Tok, la preferida de los preadolescentes y de la generación Z. ¿Por qué meterse en un terreno tan ajeno a la filosofía de Microsoft?

“Porque TikTok ha hecho envejecer a Instagram de golpe”, sentencia San Juan. “Es una red social divertida, chispeante. Pero sobre todo tiene un algoritmo sofisticado basado en Inteligencia Artificial que permite detectar las preferencias de los usuarios y ofrecerles un contenido diferente y personalizado

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