El presidente Luis Abinader participó ayer en el acto de apertura del V Diálogo de la Red de Integridad Pública de América Latina.

El presidente Luis Abinader proclamó ayer que no hay acción transformadora en el ejercicio del poder si en ella no intervienen los principios, la ética y la integridad, al hacer referencia de que en la República Dominicana, la corrupción, los intereses particulares y la falta de principios eran la norma en tiempos pasados.

Al participar en la apertura del Quinto Diálogo de la Red de Integridad Pública en América Latina, el jefe de Estado argumentó, en ese sentido, que sin brújula cualquier barco naufraga, pero que sin principios ningún gobierno puede servir a su gente con honestidad.

En su discurso, el mandatario fue enfático al señalar que el respeto a la autonomía e independencia de todas las instituciones involucradas en la gobernabilidad de un país es una parte esencial para ganar credibilidad, por lo que aseguró que es preciso defender y pelear siempre por una justicia “rabiosamente independiente y autónoma, por el control externo e interno de las cuentas del Estado mediante auditorías transparentes y crear mecanismos de control ciudadano para que estos se involucren en la actividad cotidiana de las instituciones”.

En el evento auspiciado por la Dirección General de Ética y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mandatario dijo que el gobierno ha puesto numerosos proyectos y decálogos de buenas prácticas que vinculan a todos los estamentos estatales.

“Buen ejemplo de ello es nuestro portal de trasparencia, donde cualquiera puede acceder a la información de contratos públicos, licitaciones, sueldos, planes. Todo está ahí, porque no hay nada que ocultar”, indicó el gobernante.

El reto por vencer en la región

El acto también contó con la ponencia de James Scriven, miembro del grupo BID, quien durante su discurso afirmó que en la región todavía persisten grandes retos que vencer en materia de corrupción, al señalar que este tipo de acciones generan una fuerte desconexión y desconfianza de la ciudadanía hacia sus instituciones y citó, en ese punto, a que según el Latinobarómetro casi el 75 % de los ciudadanos de América Latina y el Caribe no confía en sus gobiernos. “Es un ejercicio de suma importancia porque la corrupción no solo erosiona la asignación eficiente del gasto público, sino que fomenta la evasión fiscal, crea costos adicionales al financiamiento y a las transacciones, desalienta la inversión e impacta negativamente en la competitividad y en el crecimiento económico”, dijo.

Agregó que de hecho, la corrupción y la burocracia han sido identificadas por el Foro Económico Global como los cuellos de botella más importantes para la competitividad y el desarrollo de los países de la región y que además, los indicadores sobre el estado de derecho y la corrupción, ofrecidos por el Instituto del Banco Mundial, muestran que la región de América Latina y el Caribe está muy por debajo del promedio de los países más desarrollados.

El miembro del BID, James Scriven, citó los retos de la región en materia corrupción.

Define las claves para gobernanza de calidad

El presidente Abinader sostuvo en la actividad, que si en un país se conjuga bien la credibilidad, las buenas prácticas y objetivos definidos, se puede avanzar hacia una gobernanza de calidad y buen gobierno. “Si conseguimos conjugar todos estos elementos, la credibilidad en las instituciones aumentará exponencialmente y sus actuaciones serán mejor respaldadas por la sociedad a la que sirve”, expuso, tras indicar que la República Dominicana, -a la que llamó una “pequeña isla del Caribe”-, está llevando a cabo una revolución que quiere ser ejemplo con una visión innovadora, justa, competitiva e integra.