Mi visita por Caracas.
Opinión
La realidad y la especulación son profundamente diferentes. Los dÃas en que las redes sociales se utilizaban como herramientas de desinformación y manipulación social han afectado significativamente la percepción sobre Venezuela, la tierra de Simón BolÃvar.
Desde mi perspectiva, después de observar de cerca la realidad venezolana, confieso que tuve que desaprender muchas ideas preconcebidas para aprender la verdad: nos han engañado sobre la situación de este hermoso pueblo. Antes de visitar el paÃs, me dijeron que era una dictadura. Sin embargo, al caminar por las calles de Chacao, Caracas, La Guaira y algunos pueblos del Guárico, es evidente que hay democracia.
Lo afirmo porque en muchos de los municipios más importantes, la oposición dirige las alcaldÃas. Además, tienen representación en el parlamento. En mi reflexión, concluyo que los medios y las redes sociales han sido manipulados para favorecer a quienes nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, llamarÃa "ciudadanos del diablo".
El panorama polÃtico internacional también incide en la situación de Venezuela. Los intentos de cambio que hemos visto carecen de respaldo popular. Pienso en Juan Guaidó, un lÃder que se autoproclamó presidente, pero que hoy es un general sin tropas. Su caÃda en desgracia ejemplifica cómo se ha tergiversado la realidad para confundir al público.
En las redes sociales surge un nuevo Guaidó: Edmundo, quien se proclamó vencedor en unas elecciones que él mismo reconoció perder. Desde el exilio, asegura que asumirá el control del Estado venezolano. Sin embargo, la realidad es clara: Nicolás Maduro Moros fue juramentado el pasado 10 de enero, y todos los órganos de la Constitución lo han confirmado.
Reà al leer el comentario de un chico en Instagram que, con ingenio, escribió: "Este nuevo Guaidó no aguantará el guion de esta pelÃcula o el show mediático".
Reflexión final
La visita a Caracas me permitió reconocer que la verdad a menudo está distorsionada por intereses externos. Es esencial analizar, observar y cuestionar antes de aceptar las narrativas populares como absolutas.
#CasimiroMedina.
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